Radovljica

Radovljica es una población muy dulce, y lo saben muy bien los que aman el chocolate, ya que aquí se celebra año tras año el Festival del Chocolate, al que acuden grandes chefs de toda Europa para elaborar y mostrar el chocolate en todas sus formas.

Pero ésta población cercana a Bled ofrece al viajero mucho más. Radovljica es un encantador pueblo medieval en el que podemos encontrar numerosos edificios muy interesantes y bellos, así cómo museos y galerías de arte que nos harán amar Eslovenia mucho más.

En Radovljica hay que dejarse llevar, perderse entre sus calles y dejarse hipnotizar por su esencia. El núcleo de la población es la Plaza Linhart, dónde disfrutaremos de una arquitectura de la época medieval, siendo ésta una de la áreas medievales mejor conservadas de Eslovenia. Veréis que es un lugar concurrido con mucho ambiente en el que se encuentran algunos bares y dónde podemos tomar algo.
Aquí mismo vemos la Mansión Radovljica, antiguo Castillo de Diestricstein, una gran construcción que perteneció a la Reina de la ciudad, decorado cuidadosamente con delicados retratos sobre su fachadas realizados con estuco, un impresionante exponente del barroco en la ciudad. También encontramos aquí el Museo de la Apicultura y el Museo de la Ciudad. El acceso a la Mansión es gratuita pero al Museo de Apicultura es de pago.

La Plaza Linhart, el corazón de la ciudad de Radovljica

La apicultura es una tradición en ésta zona, aquí podemos ver la riqueza de la miel eslovena durante toda su historia y también podremos observar una colmena real con sus abejas para mostrar cómo se realiza.

La Colmena que se puede ver en el Museo de la Miel

A las orillas del Rio Sava comenzó su desarrollo en el Siglo XIII, siendo un punto neurálgico para el comercio y la artesanía, su mercado tuvo un gran auge en toda ésta zona. Debido a ésta importancia la ciudad estuvo amurallada en su totalidad durante gran parte de la historia, llegando a tener hasta 16 torres de defensa, aunque actualmente sólo se conserva una parte de la muralla en la zona más occidental del Casco Viejo.

Las casas son un gran atractivo visual, edificios de dos o tres alturas con estilo renacentista y góticos, con pequeñas ventanas que se sostienen con los pilares de la galerías de la plata baja. Preciosos portales que hoy en día conservan toda la esencia medieval.
En el muelle, vemos la Iglesia de San Peter, y una pequeña plaza, dónde se puede ver el esplendor que obtuvo éste lugar. Aquí es dónde se encuentra la parte de la Muralla más antigua y algunas de sus torres.
No podéis dejar de visitar la Taberna Gótica, dónde podéis tomar algo mientras descansáis.
Si algo sorprende en Radovljica es la gran cantidad de pequeñas galerías de arte que hay, muchos exponen y venden sus obras a los viajeros que allí recalan, incluso podemos encontrar grandes obras de arte de algunos de los artistas más afamados de Eslovenia.

Una de los lugares más soleados de Eslovenia es éste, aquí el deporte y el entorno natural nos invita a practicar cualquier actividad deportiva en sus alrededores. Existen muchas rutas de senderismo y cicloturismo mientras recorremos pequeños pueblos rurales entre campos y naturaleza. Algunas de éstas rutas nos llevan hasta la cercana Bled, otra visita indispensable.

La gastronomía tiene un gran protagonismo en la zona, la cocina más tradicional elaborada de la forma más vanguardista atrae a los más sibaritas hasta Radovljica para degustar los platos más deliciosos. En esta zona es muy típico alojarse en pequeños bed&breakfast dónde nuestros anfitriones nos deleitarán con riquísimos manjares de la zona.

Si llegamos en coche podemos aparcar a las afueras de la ciudad en un parking que es gratuito y que no está muy lejos, unos cinco minutos del centro. A la entrada del Casco Viejo se encuentra la Oficina de Turismo que os puede dar información más detallada de la zona y de las actividades que podéis realizar